
“ESTUDIO SOBRE EL INVOCAR AL SEÑOR NUESTRO DIOS”
Lecturas Bíblicas: Génesis 4:26, Hechos 7:59; 9:14, 21;
Hechos 19:13 y I Corintios 1:2
Invocar el nombre de JEHOVÁ: El “YO SOY”:
Cuando vemos que no debemos de ser arrogantes, y que debemos vivir para Dios y adorarle como Él lo ha ordenado y reconocer la vanidad de la vida humana y la fragilidad del hombre, decimos: “ OH SEÑOR, NO DEBO DE SER ARROGANTE. DEBO VIVIR PARA TI Y ADORARTE COMO TU HAS MANDADO. SEÑOR, MI VIDA ES VANIDAD, SOY FRÁGIL Y MORTAL”.
Cuando tomamos conciencia de que nuestra vida es vanidad y de que somos frágiles, espontáneamente invocamos el nombre del Señor.
Esta es la razón por la cual Génesis 4:26 dice: “ENTONCES LOS HOMBRES COMENZARON A INVOCAR EL NOMBRE DE JEHOVÁ”. Desde la época de Enós, la tercera generación de la humanidad, los hombres comenzaron a invocar el nombre del Señor, al darse cuenta de que eran débiles, frágiles y mortales.
Nótese que en hebreo se usa “JEHOVÁ” para referirse al Señor (Génesis 4:26; confrontado con Éxodo 3:14). El titulo “DIOS” se usa principalmente refiriéndose a la relación que Dios tiene con Su creación en Génesis 1. El nombre Jehová, se usa principalmente refiriéndose a la relación de Dios con el hombre a partir de Génesis 2, Jehová es el nombre que describe la relación intima que Dios tiene con el hombre. Por consiguiente, Génesis 4:26 no dice que los hombres empezaron a invocar el nombre de Dios, sino el nombre de Jehová. Los hombres no invocaban al Creador de todas las cosas, sino a Aquel que estaba cerca de ellos, Aquel que significa “YO SOY EL QUE SOY”, es decir, Él es el que existía en el pasado, existe en el presente, y existirá en el futuro y para siempre. Él es el Eterno.
Cuando los hombres se dieron cuenta de que eran frágiles y mortales, comenzaron a invocar a Jehová, el Eterno, es decir, a invocar el nombre del Señor. Esta invocación empezó desde la tercera generación de la humanidad.
Cuando no nos interesamos en Dios, no invocamos Su nombre, no obstante, cuando nos percatamos de que debemos vivir para Él y adorarle a Su manera, y cuando nos damos cuenta de que somos frágiles y mortales y de que nuestra vida no es mas que vanidad, espontáneamente y desde lo profundo de nosotros, no solo oramos, sino que invocamos el nombre del Señor.
Por consiguiente, debemos considerar esta importantísima semilla, la de invocar el nombre del Señor. Se trata de un asunto de lo más trascendente, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo.
1) LA DEFINICIÓN DE INVOCAR AL SEÑOR:
Primero, necesitamos saber lo que significa invocar el nombre del Señor. Algunos cristianos, piensan que invocar al Señor equivale a orar. En efecto, invocar es una especie de oración pues forma parte de nuestra oración; pero invocar no es simplemente orar.
En hebreo, invocar significa “CLAMAR”, “gritar”, es decir, llamar. La palabra griega traducida “invocar” significa: invocar a una persona, “llamar a alguien por su nombre”. En otras palabras, quiere decir llamar a una persona por su nombre en voz alta; aunque la oración puede ser silenciosa, la invocación debe ser pronunciada en voz audible.
Isaías también nos dice que invocar al Señor es clamar a Él, Capitulo 12:2-6 “He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH JEHOVÁ, quién ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magnificas; sea sabido esto por toda la tierra. Regocíjate y canta, oh moradora de Sión; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel”.
En los versículos leídos, Isaías nos exhorta a alabar, cantar, clamar y gritar de júbilo, todo esto corresponde a la invocación mencionada en el versículo 4. En el verso 2, él dice que Dios es nuestra salvación y nuestra fortaleza. Dios lo es todo para nosotros.
Sólo debemos de sacar aguas de las fuentes de la salvación de Dios. ¿Cómo podemos sacar aguas de las fuentes de la salvación con alegría? Invocando el nombre del Señor, alabándole, cantando himnos, clamando y gritando de júbilo. En el versículo 4 descubrimos que la alabanza y la invocación van juntas, y en el versículo 6, vemos que clamar y gritar van juntos. Esto demuestra que invocar al Señor consiste en clamarle y elevar la voz a Él.
Muchos cristianos no han gritado nunca. Si usted nunca a gritado delante del Señor, dudo que haya disfrutado ricamente al Señor. Intente gritar delante de Él. Si nunca a proclamado lo que el Señor significa para usted, le animo a hacerlo.
Cuanto más clame: “OH SEÑOR JESÚS, TÚ ERES TAN BUENO PARA MÍ”, Más será liberado de su ego y más se llenará del Señor. Por consiguiente, Isaías aún en los tiempos del Antiguo Testamento, exhorta a alabar al Señor, a invocar Su nombre, a clamar y a gritar de júbilo.
“LA HISTORIA DE INVOCAR AL SEÑOR”
No se imagine que el hecho de invocar al Señor, fue inventado por algún grupo cristiano recientemente. No es una nueva invención. Cuando mucho, podemos llamarlo un redescubrimiento o una parte de lo que esta recobrando el Señor, así como lo es la revelación fresca de las Iglesias locales. Como vimos, invocar al Señor empezó con la tercera generación del linaje humano. Enós, el hijo de Set. fue la tercera generación. Eva dio a su segundo hijo el nombre de Abel, que significa vanidad. Luego Set, el hermano de Abel, llamo a su hijo Enós, lo cual indica que Set era consciente de que la vida humana era débil, frágil y mortal.
Al darse cuenta este de la fragilidad de la vida humana, empezó a invocar el nombre del Señor eterno. Por consiguiente, cuando nos damos cuenta de que no somos nada, de que somos débiles y frágiles, ¿qué debemos hacer? debemos simplemente clamar: “OH SEÑOR JESÚS”.
La historia de invocar el nombre del Señor continua por toda la Biblia, y podemos enumerar los nombres de muchas personas que invocaron el nombre del Señor: Abraham ( Gen. 12:8 ), Isaac ( Gen. 26:25 ), Moisés ( Dt. 4:7 ), Job ( Job 12:4 ), Jabez ( 1 Cr. 4:10 ), Sansón ( Jue. 16:28 ), Samuel ( 1 Samuel 12:10 ), David ( 2 S. 22:4 ), Jonás ( Jon. 1:6 ), Elías ( 1 R. 18:24 ), Elíseo ( 2 R. 5:11 ), Jeremías ( Lm. 3:55 ).
Los santos del Antiguo Testamento, no solo invocaron al Señor, sino que también profetizaron que el pueblo invocaría este nombre ( Jl. 2:32; Sof. 3:9; Zacarías 13:9 ).
Aunque muchos conocen la profecía de Joel acerca del Espíritu Santo, pocos han prestado la debida atención al hecho de que recibir el Espíritu Santo derramado, requiere que invoquemos el nombre del Señor. Por una parte, Joel profetizo que Dios derramaría Su Espíritu; por otra, profetizo que la gente invocaría el nombre del Señor. El derramamiento que Dios trae requiere la cooperación de nuestra invocación. La profecía de Joel se cumplió el día de Pentecostés.
La invocación del nombre del Señor también fue practicada por los santos del Nuevo Testamento. Comenzó el día de Pentecostés (Hch. 2:21). El día de Pentecostés Dios derramo Su Espíritu, y los primeros santos recibieron al Espíritu invocando el nombre del Señor. Su invocación era una respuesta al derramamiento del Espíritu de Dios.
Esteban también invoco el nombre del Señor. Mientras lo apedreaban a muerte, él invocaba el nombre del Señor (Hch. 7:59). Él murió invocando el nombre del Señor.
Todos los creyentes del Nuevo Testamento tenían por costumbre invocar al Señor ( Hch. 9:14; 22:16; 1 Co. 1:2; 2 Ti. 2:22). Cuando Pablo era Saulo de Tarso recibió autoridad de los principales sacerdotes para atar a todos los que invocaban el Nombre del Señor (Hch. 9:14). Esto indica que los primeros santos invocaban a Jesús.
Invocar el nombre del Señor era una señal, una marca, que identificaba a los cristianos. Por tanto, Saulo de Tarso pensó que le resultaría fácil encontrar a los cristianos de Damasco por el hecho de que ellos invocaban el nombre del Señor. NO SOLO ORABAN AL SEÑOR, SINO QUE LO INVOCABAN.
Son muchos los verdaderos cristianos que oran al Señor cada día, pero sus vecinos, amigos y compañeros, no saben que son cristianos. Podremos llamarlos cristianos silenciosos. No obstante, si llegan a ser cristianos que invocan el nombre del Señor, su invocación los marcara como cristianos. Tal fue el caso de los primeros cristianos.
¿Sabe usted lo que le sucedió a Pablo cuando iba a Damasco con la intención de encarcelar a todos los que invocaban el nombre del Señor? Fue capturado por el Señor y fue cegado. El Señor envío a un pequeño discípulo llamado Ananias a visitar a Saulo y a darle un mensaje de Su parte; Ananias le dijo esto: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando Su nombre” (Hechos 22:16).
Saulo fue bautizado y se lavó de sus pecados invocando el nombre del Señor. Saulo de Tarso, quien había perseguido a tantas personas que invocaban el nombre del Señor, fue capturado por el Señor. Entonces Ananias, quien fue enviado por el Señor, le pidió a Saulo que se bautizara y se lavara de sus pecados invocando el nombre del Señor Jesús. Si solo se hubiera bautizado, muchos creyentes habrían dudado de la sinceridad de su conversión. Cuando Saulo invoco el nombre del Señor todos los cristianos pudieron ver que el perseguidor se había convertido en uno de sus hermanos. EL HECHO DE QUE INVOCARA AL SEÑOR, DEMOSTRABA QUE SE HABÍA CONVERTIDO.
EL PROPOSITO DE INVOCAR AL SEÑOR”
I N T R O D U C C I O N:
Al seguir con nuestro estudio sobre el invocar; vemos de acuerdo a la Palabra Santa, que el mismo Apóstol Pablo puso énfasis en el asunto de invocar, cuando escribió la Epístola a los Romanos, él dijo en Romanos 10:12,13: “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.
En Romanos 10:12 Pablo dijo que el Señor es rico para con los que le invocan, y en el versículo 13, él cito la profecía de Joel según la cual todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo. Pablo también hablo de invocar en 1 de Corintios 1:2, cuando escribió: “...con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”.
Además, en 2 de Timoteo 2:22 Pablo dijo a Timoteo, “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”.
Por estos versículos y otros mas que se encuentran en la Biblia, podemos ver que Dios nos muestra que en el primer siglo INVOCAR el nombre del Señor era una practica bastante común entre los cristianos. Por consiguiente, en todo el Antiguo Testamento así como en los primeros días de la era cristiana, los santos invocaron el nombre del Señor.
EL PROPÓSITO DE INVOCAR AL SEÑOR:
a) Ser Salvos:
¿Porque se debe invocar el nombre del Señor? Los hombres deben invocar el nombre del Señor para ser salvos (Romanos 10:13). Cuando una persona oye el evangelio y empieza a creer en el Señor, usted le puede ayudar a ser salva al orar al Señor con ella de una manera muy tranquila. No obstante, si usted no solo le ayuda a orar, sino también a invocar el nombre del Señor, la experiencia de salvación que la persona tendrá será mucho más sólida.
La primera forma de orar en silencio, ayuda en efecto a la gente a ser salva, pero no de una manera tan rica. La segunda manera, el de invocar en voz alta, ayuda a la gente a ser salva de una manera más rica y más completa. Por tanto, debemos de alentar a la gente a abrirse y a invocar el nombre del Señor Jesús.
b) Ser rescatados de las angustias,
las calamidades y el dolor.
Otra razón por la cual debemos invocar al Señor, es que con ello somos rescatados de las angustias (Salmos 18:6; 118:5; 50:15; 86:7), las calamidades (Salmos 81:7) y el dolor (Salmos 116:3-4). La gente que ha discutido acerca de invocar al Señor, lo invoca cuando es afligida por penas o enfermedades.
Cuando nuestras vidas no presentan problemas, debatimos acerca de invocar al Señor. Pero cuando llegue un problema, no necesitaremos que nadie nos pida que invoquemos al Señor. Usted lo invocara espontáneamente. Invocar al Señor nos rescata y nos libera. Debemos de invocar al Señor cuando estamos en angustia y en aflicciones.
Además, en Salmos 116:3-4, se nos dice que invocar el nombre del Señor nos rescata de muchas cosas negativas, como por ejemplo: LA ANGUSTIA, EL DOLOR, LA MUERTE Y EL INFIERNO. Si usted quiere ser librado de esas cosas, debe invocar al Señor.
c) Participar de la misericordia del Señor:
En Salmos 86:5 se afirma que el Señor es bueno, y que esta dispuesto a perdonar, y esta lleno de misericordia para con los que le invocan. Invocando al Señor podemos participar de Su abundante misericordia. Cuanto más le invocamos, mas disfrutamos de Su misericordia.
d) Participar de la obra salvadora del Señor:
El Salmo 116 nos dice que podemos participar de la obra salvadora del Señor al invocarle. “Tomare la copa de la salvación, e invocare el nombre del Señor” ( v. 13 ). En ese salmo, se menciona cuatro veces invocar al Señor (versículos 2, 4, 13, 17). El propósito de invocar es la participación en la obra salvadora del Señor. Como vimos anteriormente en Isaías 12:2-4, se sacan aguas de las fuentes de salvación invocando el nombre del Señor.
e) Recibir al Espíritu Santo:
Otra razón por la cual debemos invocar al Señor, es la de recibir al Espíritu (Hechos 2:17, 21). La manera más fácil y mejor de llenarse del Espíritu Santo, es invocar el nombre del Señor Jesús. El Espíritu ya fue derramado, solo debemos invocar, lo podemos hacer en cualquier momento y lugar. Si usted invoca el nombre del Señor varias veces, estará llenándose del Espíritu.
f) Para beber del agua espiritual
y comer del alimento espiritual para obtener satisfacción:
En Isaías 55:1 dice: “A todos los sedientos: Venid a las aguas, y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche”. ¿Cuál es la manera de comer y beber al Señor?. Isaías nos revela esta manera en el versículo 6 del mismo capitulo: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que esta cercano”. Por consiguiente, la manera de beber el agua espiritual y de comer el alimento espiritual para obtener satisfacción consiste en buscar al Señor e invocar Su Nombre.
g) Disfrutar de las riquezas del Señor
Romanos 10:12 nos dice que el Señor es rico para con los que le invocan. El Señor es muy rico para con todos los que le invocan. La manera de disfrutar de las riquezas del Señor consiste en invocarle. El Señor no solamente es rico, sino que también esta cercano y disponible como lo menciona el versículo 8 del mismo capitulo, porque Él es el Espíritu vivificante.
Como Espíritu, Él es Omnipresente, podemos invocar Su nombre en todo tiempo y en todo lugar. Cuando le invocamos, Él viene a nosotros como el Espíritu y disfrutamos de Sus riquezas. Cuando usted invoca a Jesús, el Espíritu viene.
En 1 Corintios se habla de disfrutar a Cristo. En el capitulo 12, Pablo nos dice como disfrutar al Señor; la manera de disfrutar al Señor consiste en invocar Su nombre (1 Cor. 12:3; 1:2). Cada vez que decimos “SEÑOR JESÚS” bebemos de Él, del Espíritu vivificante (v.13). En 1 Cor. 15:45 vemos que el Señor ahora es el Espíritu vivificante. Cada vez que invocamos: “SEÑOR JESÚS”, Él viene como Espíritu.
Cuando llamamos a una persona por su nombre, si esta es real, viviente y presente, entonces viene. El Señor Jesús es real, viviente y presente; Él esta siempre disponible, y cuando le invocamos Él viene.
En la era del Antiguo Testamento, Moisés dijo del Señor en Deuteronomio 4:7 “Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como esta Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?. Cuando invocamos Su nombre, Él esta cerca (Salmos 145:18). ¿Quiere usted disfrutar de la presencia del Señor y de todas Sus riquezas? La mejor manera de experimentar Su presencia con todas Sus riquezas es invocar Su nombre. INVÓQUELO CUANDO MANEJE EN LA CARRETERA O CUANDO ESTE TRABAJANDO, ESTUDIANDO O CAMINANDO POR LAS CALLES. EN CUALQUIER MOMENTO Y DONDEQUIERA QUE INVOQUE, EL SEÑOR ESTA CERCA Y ES RICO PARA CON USTED.
“COMO INVOCAR AL SEÑOR”
Debemos de considerar la manera de invocar al Señor. Debemos de invocarlo con un corazón puro (2 Timoneo 2:22), nuestro corazón es la fuente y debe ser puro, y buscar solamente al Señor.
Además, debemos de invocarlo con pureza de labios, (Sofonias 3:9) debemos de vigilar nuestra conversación, pues nada contamina tanto nuestros labios como una conversación liviana. Si nuestros labios son impuros, nos resultara difícil invocar al Señor. Juntamente con un corazón puro y pureza de labios, debemos de abrir la boca (Salmos 81:10 confrontado con v.7). Debemos de abrir nuestra boca e invocar al Señor.
Así también, debemos invocar al Señor corporativamente. En 2 Timoteo 2:22 dice: “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”. Debemos de invocarlo cuando nos reunimos.
En Salmos 88:9 leemos “....Te he llamado, oh Jehová, cada día”. Por tanto, debemos invocarle cada día. Invocar el nombre del Señor no es una doctrina, es algo muy practico. Debemos de practicarlo cada día y a toda hora. Mientras vivimos, debemos invocar el nombre del Señor. Si usted lo hace, se dará cuenta que es la mejor manera de disfrutar las riquezas de Dios
Debemos de ejercitar nuestro espíritu, liberando lo que esta en nuestro corazón, a fin de que el Señor como Espíritu vivificante entre en nosotros.
C O N C L U S I O N:
Si consideramos lo que dice la Biblia al respecto, quedaremos convencidos de que invocar el nombre del Señor no es una invención reciente. Se trata del recobro de una de las cosas santas de la Biblia. Como vimos en Génesis 4:26, invocar el nombre del Señor empezó hace miles de años, desde la tercera generación de la humanidad.