IGLESIA EN MENDOZA, VERACRUZ .MEXICO
  ESTUDIO "LA TRINIDAD DE DIOS"
 



ESTUDIO “LA TRINIDAD DE DIOS”
 
 
POR: Hno. CARLOS CRUZ PORRAS
 
 
P   R   O   L   O   G   O:
  
                        En sus enseñanzas, la Biblia no es Politeísta - muchos dioses -, ni es triteísta - tres dioses - así como tampoco Unitaria - un Dios que ejerce sus intereses y poderes en varias maneras.
 
                        La doctrina monoteísta de un Dios que subsiste en una pluralidad de Personas - tres no menos, no más – es la que esta acorde a toda la Santa Escritura y, aunque caracterizada por el misterio cuando se llega a ella con una mente finita (limitada), es sin embargo, sin contradicción y es perfecta en todas sus adaptaciones y en todas sus partes. Es tan perfecta como lo es Dios, a quien manifiesta.
 
                        Los judíos se oponen y resisten a esta doctrina, puesto que reconocer la Trinidad en la Deidad, por su parte, es reconocer la Deidad de El que se identifico como JESUS DE NAZARET.
 
                        El Unitario, resiste esta doctrina, siendo que de otro modo él tiene que conocer la necesidad y la manera de la redención a través de Cristo.
 
                        El Mahometano, también se opone a esta doctrina, puesto que llegar a reconocerla, es ignorar la advertencia del Corán y, en su mente, es apartarse del fundamento de su fe, es decir, que dejaría de confesar lo que es su profesión de fe “NO HAY MAS DIOS QUE ALA Y MAHOMA ES SU PROFETA”.
 
                        Al acercarse al tema de la TRINIDAD, se debe de estar bien preparado para enfrentarse a un profundo misterio que necesariamente, no es explicado a las mentes finitas. El hecho de que esta enseñanza esté envuelta en misterio, tiende a restringir su estudio para los que por iluminación espiritual están dispuestos a creer el testimonio de Dios en cuanto a cosas desconocidas.
 
                        Prosiguiendo más allá en el intento de captar lo que puede conocerse con relación al trino modo de existencia, hay que evitar dos errores: (a) que puede suponerse que la Deidad esté compuesta por tres distintas Personas - como decir Carlos, Juan y Daniel – que están relacionados entre sí solo en el sentido vago en que los hombres pueden asociarse entre sí con relación a ciertos ideales o principios, suposición que, en el caso de Dios, sería TRITEISMO; o (b) que Deidad es una sola Persona y que el aspecto trino de Su Ser es no más que tres campos de intereses, actividades y manifestaciones, lo cual es la suposición del Sabelianismo, (doctrina predicada por el obispo Sabelio en el siglo III, el cual enseñaba heréticamente que Dios no es Trino).
 
                        Cae un peso en nosotros los que estudiamos la Trinidad de Dios, en el descubrir y defender la verdad de que la Biblia es monoteísta hasta el último grado, conteniendo, como lo hace, que hay un Dios y sólo uno; como igualmente afirma que este Dios existe en tres Personas definidas e identificadas.
 
                        El término PERSONALIDAD aplicado a Dios, no ha de entenderse o tomarse en su estricto sentido filosófico, en cuyo caso se indican los seres distintos enteramente. Dios es un Ser, pero Él es más de un Ser en tres relaciones. A cada una de las Tres Personas se le atribuyen actos bien definidos que son de carácter personal. Estos actos establecen personalidad indefectiblemente (que no puede faltar o dejar de ser). El lenguaje en este punto es incapaz de expresarlo.
 
                        Las Personas no son separadas, sino distintas. La Trinidad se compone de tres Personas unidas sin existencia separada – tan completamente unidas como para formar Un Dios inherente (esencial, permanente, que no se puede separar). La naturaleza divina existe en tres distinciones Padre, Hijo y Espíritu Santo. La personalidad se expresa en tres términos como, YO, TU, ÉL – y es así como las Personas de la Deidad se dirigen la una a la otra - y en actos personales; pero no se requiere que el un Dios sea restringido a una Persona, aunque esa restricción se presenta a través de toda la creación. Por tanto, no existe razón para negar esta complejidad a la Deidad.
 
                        El término PERSONA no es empleado generalmente en la Biblia, aunque todo lo que constituye personalidad es repetidamente afirmado de cada miembro de la Trinidad.                                                  
LA TRINIDAD DE DIOS, SIENDO UN MISTERIO
 
Lecturas Bíblicas: Isaias 45:5; I Corintios 8:4; San Mateo 28:19; San Juan 1:1
II Corintios 3:17; Habreos 1:8,9; Apocalipsis 1:4; 4:5; 5:6.
 
 
B O S QU E J O:
 
I.              Un solo Dios.
II.            Dios es Triuno (Padre, Hijo y Espíritu).
III.           Un misterio grande.
 
 
I. UN SOLO DIOS:
 
                        Primeramente debemos de estar convencidos de que hay un solo Dios. Dios es uno, no hay otro Dios. Nuestro Dios, es el único Dios verdadero.
 
                        Tanto el Antiguo como el Nuevo testamento, hacen ver abundante y claramente esto, Isaías 45:5 dice: “Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí”; en I Corintios 8:4 dice: “.....no hay más que un Dios”. Luego en Deuteronomio 6:4 dice: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”.
 
                        En todo el universo solo hay un Dios verdadero. El Dios que tiene un beneplácito según su voluntad, un propósito eterno y un Plan, es uno. El Dios que nos escogió y predestino, es uno. El Dios que creó los cielos, la tierra y al hombre, es uno. El Dios que ama al hombre es uno. El Dios que se encarnó para morir por nosotros y pudiéramos ser redimidos, perdonados, limpiados, justificados y reconciliados, es uno.
 
                        El Dios que resucito, para regenerarnos, santificarnos, transformarnos, conformarnos y glorificarnos, es uno. Nosotros tenemos un solo Dios, no dos, tres o muchos, solamente uno solo.
 
 
II. DIOS ES TRIUNO (Padre, Hijo y Espíritu):
 
                        Aunque esencialmente nuestro Dios es uno, hay algo misterioso acerca de Él, ya que Él es tres y a la vez uno o TRIUNO.
 
                        En latín, “TRI” significa tres y “UNE” significa uno, esta es la razón por lo cual hablamos de Dios siendo “TRIUNO”. Quizá esto a usted lo maraville puesto que podría preguntarse de donde viene ese termino que se usa para decir “Dios Triuno”, ya que ni en las matemáticas humanas existe tal número.
 
                        Si leemos en San Mateo 28:19, encontramos que el Señor Jesús dijo a los Apóstoles, después de su resurrección: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Aquí el Señor Jesucristo, habla claramente de tres --El Padre, El Hijo y El Espíritu--; pero hay algo que nosotros debemos de observar muy bien, y es, que la palabra “nombre” es singular, de allí que bien podemos decir que el nombre de nuestro Dios es “PADRE, HIJO, Y ESPIRITU SANTO”.
 
                        Por causa de este versículo y otros más que podemos leer en las Sagradas Escritura, podemos ver que nuestro Dios es uno y tres. Es decir que no debemos de dudar en nuestro hablar al decir que Él es tres y uno a la vez.         
 
 
III. UN MISTERIO GRANDE:
 
                        El Dios Trino, (Padre, Hijo y Espíritu Santo) es un misterio grande, y nosotros los seres humanos, siendo tan pequeños y finitos (limitados), no podemos llegar a entenderlo totalmente así como tampoco podemos llegar a definirlo de una manera completa.
 
                        Si leemos San Juan 1:1 encontramos que dice: “........y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”, por esta porción bíblica “El Verbo era con Dios”, comprendemos muy bien que el Verbo y Dios son dos, porque el Verbo estaba con Dios. Pero luego, encontramos las palabras “y el Verbo era Dios”, lo cual nos indica que el Verbo y Dios son uno. ¿Son ellos, dos o uno? Ellos son ambos, lo cual es un misterio.
 
                        En II de Corintios 3:17 dice: “Porque el Señor es el Espíritu.........”, comprendemos aquí que el Señor y el Espíritu son uno, ya que dice que el Señor es el Espíritu. Luego el mismo versículo habla del “Espíritu del Señor” indicando con ello que son dos. ¿Son el Señor y el Espíritu, uno o dos? Nuevamente decimos que esto es un misterio grande.
 
                        Notemos muy bien que en Hebreos 1:8,9 leemos: “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros”.   Aquí el Hijo es señalado como Dios; luego Dios es referido como “Su” Dios ¿Cómo podemos explicar esto? Sin duda que esto es también un misterio.
 
                        En Apocalipsis 1:4; 4:5 y 5:6 leemos que el un Espíritu de Dios (Efesios 4:4) es llamado “los siete Espíritus” lo cual continúa siendo un misterio grande.
 
                        Al insistir en este misterio, solo entendible espiritualmente, no debe de molestarnos, ya que muchas cosas relacionadas a la vida no son muy entendibles para el hombre, pues solo podemos tener una idea general de ellas.
 
                        Por ejemplo: Aunque nosotros tenemos vida en nuestro cuerpo físico, eso es un misterio, además hay un espíritu creado por Dios dentro de nosotros (Zacarías 12:1 dice: “..........Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y FORMA EL ESPIRITU DEL HOMBRE dentro de él, ha dicho”, -- Esto es un misterio --. ¿Que es la vida del hombre? Ninguno puede dar una explicación completa al respecto. Y si nosotros no podemos entender ese misterio tan pequeño con respecto al hombre, no debemos esperar entonces llegar a comprender el Gran Misterio de Dios, la Trinidad de Dios -- El Padre, el Hijo y el Espíritu --.
 
                        Hay muchas cosas inexplicables en el universo, como por ejemplo la electricidad, de la cual con nuestra mente limitada solo podemos entender algunas cosas pero no alcanzamos a percibirlas todas.
 
                        Debemos de considerar que si nosotros no podemos entender totalmente algo como la electricidad, mucho menos podremos entender totalmente la Trinidad de Dios.

DIOS, SIENDO TRINO ETERNAMENTE
 
Lecturas Bíblicas: I de San Pedro 1:2; Efesios 1:17; Hebreos 1:8; Hechos 5:3-4;
Deuteronomio 33:27, Salmos 90:2; Isaías 63:16; San Mateo 3:16-17;
Hebreos 1:12; 7:3; 9:14; San Juan 14:16-17; Efesios 3:14-17;
San Juan 17:5; 14:10-11; I Corintios 15:45b.
 
 
B O S Q U E J O:
 
I.              El Padre, el Hijo y el Espíritu, los tres siendo Dios.
II.            Los Tres, siendo eternos.
III.           Los Tres, Coexistiendo.
IV.          Los Tres, siendo Coinherentes.
 
 
I. EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPIRITU, LOS TRES SIENDO DIOS:
 
 
                        Anteriormente, vimos que hay un solo Dios, aunque misteriosamente este Dios es tres y uno a la vez; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
 
                        Ahora bien, el Padre no es una tercera parte de Dios, el Hijo otra tercera y el Espíritu Santo la última tercera parte. ¡NO! Y este es un rotundo no.
 
                        El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu es Dios. En I de Pedro 1:2 dice: “....Dios Padre”, y en Efesios 1:17 dice: “.....Dios, .....el Padre de gloria..”; estos versículos nos dicen que el Padre es Dios.
 
                        En Hebreos 1:8 dice: “Mas del Hijo....Oh Dios..” y en San Juan 1:1 dice: “....El Verbo era Dios”. Estos versículos claramente nos dicen que el Hijo es Dios.
 
                        En el libro de los Hechos 5:3-4, dice: “¿....Porqué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo? .......no has mentido a los hombres, sino a Dios”. Este versículo contundentemente nos confirma que el Espíritu Santo es Dios.
 
                        Las Sagradas Escrituras, claramente nos revelan que los tres, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son Dios. Ahora bien, esto no significa que ellos son tres Dioses puesto que ya vimos por la Palabra Santa (La Biblia), que definitivamente Dios es solo uno. Aunque existen tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu, esto no significa que son tres Dioses sino un solo Dios.
 
                        Nosotros los Cristianos verdaderos, no dudamos sobre la Trinidad de Dios; sino, por la revelación del Espíritu, simplemente creemos y disfrutamos este misterio contenido en las Escrituras Sagradas.
 
 
 
II.  LOS TRES, SIENDO ETERNOS:
 
                        Las tres personas de la Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu, son eternos, no tienen principio ni fin.
 
                        Con respecto a la eternidad del Padre, la frase “el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” es el título completo de la Primera Persona de la bendita Trinidad. Y leyendo en Deuteronomio 33:27 dice: “El eterno Dios es tu refugio, .....”, y en Isaías 63:16 dice: “Pero tú eres nuestro padre......” llegamos a conocer que el Padre es Eterno.
 
                        El Hijo, también es eterno. En Hebreos 1:12 hablando con respecto al Hijo dice: “...Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán”, en Hebreos 13:8 dice: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” y considerando nuevamente el versículo 1 del capitulo 1del evangelio según San Juan, debemos de considerar que no hay ninguna parte de la Biblia que sea más conclusiva con respecto a la preexistencia de Cristo el Hijo, que ésta. El no solo estaba con Dios, sino que era Dios. Por lo cual no cabe duda al respecto, y podemos quedar seguros que Cristo el Hijo, es eterno.
 
                        Vemos en Hebreos 9:14 que hablando con referencia al Espíritu Santo dice: “.......mediante el Espíritu eterno....”, por lo tanto y en concordancia con la Biblia la Palabra Santa inspirada por el Dios mismo, declaramos que el Espíritu Santo, es Eterno como lo es el Padre y el Hijo. Es decir que los tres de la Trinidad, son eternos.
 
 
III. LOS TRES, COEXISTIENDO:
 
                        En el evangelio según San Mateo 3:16-17 podemos ver que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, existen al mismo tiempo, es decir que coexisten.
 
                        En este maravilloso cuadro de la Trinidad divina, Jesús (el Hijo) subió del agua después de ser bautizado; al mismo tiempo el Espíritu descendió sobre Él; y así también al mismo tiempo, el Padre habló desde los cielos con respecto al Hijo.
 
                        Si notamos también en San Juan 14:16-17 dice: “Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad”, en estos versículos tenemos al Hijo orando al Padre para que el Padre envíe al Espíritu. Así que, el Padre, el Hijo y el Espíritu, están existiendo al mismo tiempo.
 
                        En Efesios 3:14-17 San Pablo dice: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones.....”. En este pasaje tenemos al Padre, al Espíritu y al Hijo, (Cristo) existiendo al mismo tiempo.
 
                        La Biblia, no dice que el Padre existe por cierto tiempo, luego el Padre vino a ser el Hijo y dejo de existir. Tampoco dice que después de cierto periodo de tiempo, el Hijo deja de existir porque vino a ser el Espíritu; esa es una enseñanza equivocada, una herejía llamada desde hace mucho tiempo Monarquianismo o Sabelianismo, esta doctrina herética, enseña que Dios existe en tres fases sucesivas: Primero el Padre, luego el Hijo, y finalmente el Espíritu.
 
                        Las Escrituras Sagradas, claramente muestran que los Tres, el Padre, el Hijo y el Espíritu, coexisten eternamente. Fue este Dios TRIUNO, quien dijo en Génesis 1:26, “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza......”, es decir que los tres (El Dios verdadero) estaban allí, antes de la creación del hombre.
 
 
IV. LOS TRES, SIENDO COINHERENTES:
 
                        El Padre, el Hijo y el Espíritu, no solo coexisten sino que también son coinherentes lo cual significa que ellos tres no pueden separarse el uno del otro, por lo tanto comprendemos que habitan uno dentro del otro.
 
                        En el evangelio según San Juan capitulo 14, versos 10 y 11, dice claramente que el Hijo está en el Padre y el Padre está en el Hijo. Ver al Hijo es ver al Padre. Hablando de ellos dos (el Padre y el Hijo), vemos que son inseparables; lo que hace uno lo hace el otro al mismo tiempo.
 
                        Leemos también en I Corintios 15:45b, que el Hijo en Su resurrección ha venido a ser el Espíritu, es decir que el Hijo, en quien esta el Padre, ha venido a ser el Espíritu. En consecuencia, el Dios Trino puede entrar en el pecador redimido, lo cual lo garantiza el Señor Jesucristo en San Juan 14:23. Comprendemos con esto, que cuando recibimos el Espíritu Santo, también nos trae al Padre y al Hijo.
 
                        Por un lado, Ellos son tres pero por el otro, Ellos son UNO (DIOS), porque no pueden separarse, son coinherentes esencialmente.
 
                        La revelación bíblica, es que Dios es uno, pero también es tres, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, coexisten y son coinherentes eternamente. Por lo cual, nosotros los cristianos no somos ni unitarios ni triteístas, solo creemos en la revelación de la Santa Biblia.      
EL HIJO, SIENDO LO CORPOREO DEL DIOS TRIUNO
 
 
Lecturas Bíblicas: San Juan 1:1; 20:28; Filipenses 2:6; Isaías 7:14; 9:6;
San Juan 14:9-10; 16:28; II Corintios 3:17; I Corintios 15:45b
Colosenses 1:19; 2:9
 
 
B O S Q U E J O:
 
I.              El Hijo, siendo Dios.
II.            El Hijo, siendo también el Padre.
III.           El Hijo, saliendo “de-con” el Padre.
IV.          El Hijo, siendo también el Espíritu.
V.           Toda la Plenitud de la Deidad, habitando en el Hijo.
 
 
I. EL HIJO, SIENDO DIOS:
 
                        En el evangelio de San Juan 1:1 dice: “.....El Verbo era Dios”, en el capitulo 20:28 dice: “.....Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” También en Filipenses 2:6 leemos: “......no estimó el ser igual a Dios...”; estos versículos y otros muchos más nos dicen que el Hijo, Jesucristo, es Dios mismo.
 
                        Muchisimas personas piensan que el Señor Jesucristo, es solamente el Hijo de Dios (pensando como que El no fuera Dios mismo), pero la Biblia claramente revela que aunque Él es el Hijo de Dios, Él es Dios mismo.
 
                        El no es una persona separada de Dios. Él es Dios, era Dios al principio (eternidad pasada), era Dios cuando vivió como hombre hace como dos mil años; Él es Dios hoy y será Dios eternamente.
 
 
II. EL HIJO, SIENDO TAMBIEN EL PADRE:
 
                        También debemos de considerar por otra parte el misterio de la santísima Trinidad, en que el Hijo es también el Padre.
 
                        Vemos que en Isaías 9:6 dice: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado.... y se llamará su nombre.......Padre eterno”. Luego en San Juan 14:9-10 leemos: “......El que me ha visto a mí, ha visto al Padre..................Yo soy en el Padre, y el Padre en mí................el Padre que mora en mí, él hace las obras”. Estos versos nos hablan de la coinherencia de la Trinidad, ellos no se pueden separar nunca.
 
                        Una vez más la Biblia, aquí nos hace ver y entender claramente que Jesús el Hijo, es también el Padre puesto que el Padre y el Hijo son uno (Dios).
 
                        Nosotros no sabemos muy bien, como el Hijo puede también ser el Padre, pero esto es lo que la Biblia dice y nosotros solo debemos ejercitar nuestro espíritu por la fe y creerlo, porque esto lo dice Dios y no debemos de discutir con Él. (Romanos 9:20-21).
 
                        El Señor Jesucristo como Padre eterno, es el creador de todas las cosas: solo introduciremos aquí tres de los principales pasajes bíblicos sobre este particular, y en apoyo de esta declaración.
 
                        En lo que parece ser una consideración sobre el relato de la creación, Juan declara, POSITIVAMENTE, que “Todas las cosas por él fueron hechas”, (por el Verbo, Cristo); y NEGATIVAMENTE “.....sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”, y UNIVERSALMENTE  “.....el mundo por él fue hecho” (San Juan 1:3,10) no se puede estructurar una afirmación más concluyente. El mismo mundo material en el cual Él vivió y se movió como hombre, fue obra de sus manos.
 
                        Con la misma significación positiva y universal, el Apóstol Pablo, por medio del Espíritu declara: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16).
 
                        Y agregando la verdad de que todos los elementos de Su universo se sostienen en coherencia por medio de El, el escritor de HEBREOS dice: “Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos” (Hebreos 1:10).
 
                        Por tanto, si crear todas las cosas como Originador de ellas, y ser el Objeto de ellas como Propietario, es señal de la Deidad, el Señor Jesucristo es Dios el Padre, en el sentido absoluto de la palabra.
 
 
III. EL HIJO, SALIENDO “DE-CON” EL PADRE:  
 
                        El evangelio de San Juan 16:28 dice: “Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre”; en Isaías 7:14 leemos: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre EMANUEL”. (Emanuel, significa DIOS CON NOSOTROS).
 
                        El Señor Jesús, no solo viene de Dios, sino también es Dios viniendo al hombre. Él puede salir viniendo de Dios y aún estar en Dios. Leamos muy bien en San Juan 3:13 y dice: “Nadie SUBIO al cielo, sino el que DESCENDIO del cielo; el Hijo del Hombre, QUE ESTA en el cielo”.
 
                        Cuando usted recibió al Hijo, también recibió al Padre, porque el Padre esta en el Hijo. Nuevamente aquí, no debemos olvidar la coinherencia (co-habitación, habitan juntos), es la inseparabilidad de Dios. (1ª. De San Juan 2:23).
 
IV. EL HIJO, SIENDO TAMBIEN EL ESPIRITU:
 
                   Como Dios, el Hijo también es el Espíritu. La mayoría de las personas piensan que el Hijo, está separado del Espíritu, no consideran lo que es la coinherencia de Dios. Ellos piensan que el Espíritu representa al Hijo.
                       
                      Pero de acuerdo a la Biblia, el Hijo no tan solamente nació por obra del Espíritu, vivió de acuerdo al Espíritu, obro y lucho por el Espíritu (San Lucas 4:14 y San Mateo 12:28); si no que El también vino a ser el Espíritu, a través de la resurrección.
 
                        En I de Corintios 15:45b, leemos “.....el postrer Adán, espíritu vivificante”, aquí se refiere al Hijo, Jesús quien murió para consumar la Salvación y terminar la raza adámica, ya que él es principio y fin, en resurrección Él es el Espíritu vivificante.
 
                        También en II de Corintios 3:17 dice: “Porque el Señor es el Espíritu...”, esta suficientemente claro que el Hijo no solamente es el Padre, sino también el Espíritu. Esto es un misterio, pero por el Espíritu en nosotros, lo disfrutamos y lo creemos.
 
 
V. TODA LA PLENITUD DE LA DEIDAD, HABITANDO EN EL HIJO:
 
                        Al considerar los puntos anteriores, debemos de estar claramente entendidos que el Hijo es Dios completamente.
 
                        Es decir, que no es una tercera parte de la Trinidad; tampoco Él es un Dios separado u otro aparte de Dios.
 
                        El Señor Jesús, es el Dios TodoPoderoso, el Padre eterno, el Espíritu. Fue concebido del Espíritu Santo y El aún es el Espíritu. Y en Su venida fue saliendo “de-con” el Padre.
 
                        Esta es la razón por lo cual leemos en Colosenses 1:19 “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud” y luego en Colosenses 2:9 leemos: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud (totalidad) de la Deidad”. 
 
                        Cristo es lo corpóreo del Dios Trino; toda la plenitud de Dios habita corporalmente en Cristo. Él contiene todo lo que Dios es y expresa a Dios en todas sus riquezas. ¡Qué misterioso es Dios, pero que maravilloso es disfrutar esto!.

EL ESPIRITU, SIENDO LA CONSUMACION DE LA TRINIDAD
 
 
Lecturas Bíblicas: San Juan 4:24; 14;26; 15;26; I Corintios 12:3
San Juan 1:1,14; I Corintios 15:45b.
 
 
B O S Q U E J O:
 
 
I.              El Espíritu, siendo Dios.
II.            El Espíritu, enviado por el Padre y el Hijo, viniendo “DE-CON” el Padre.
III.           El Espíritu, viniendo en el nombre del Hijo.
 
 
I. EL ESPIRITU, SIENDO DIOS:
 
                        Necesitamos ver que el Espíritu, es también el Dios Trino. El Espíritu no es la tercera parte de Dios, tampoco es solo una fuerza como algunas sectas diabólicas (por su intención digo esto) enseñan, ni tampoco es una paloma como podría creerse. El Espíritu, es Dios mismo y cuando nosotros recibimos el Espíritu Santo, recibimos al Dios triuno.
 
                        En el evangelio según San Juan 4:24 leemos: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren”.  
 
                        Al hablar del Espíritu Santo, es considerar a Dios mismo y completamente; nunca piense que el Espíritu, es solo una tercera parte de Dios o que solo una tercera parte de Dios es Espíritu; los atributos de Dios, se enseñan bíblicamente con referencia al Espíritu: El Espíritu es eterno (Hebreos 9:14); Él es Omnipresente, puesto que se dice que El mora en todo creyente (I Corintios 6:19). El es Omnisciente, y es quien escudriña todas las cosas aún las cosas más profundas de Dios (I Corintios 2:10).
 
                        Él tiene suprema Majestad, pues entristecerlo, despreciarlo o blasfemarlo, es pecado en su forma más seria. Él da vida (San Juan 6:63); Él inspira las Sagradas Escrituras (II Timoteo 3:16). La enseña (San Juan 16:13). Él es el Espíritu de Verdad y de Gracia, y Él es Santo; se le rinde honor especialmente con este adjetivo calificativo.
 
 
II. El Espíritu, enviado por el Padre y el Hijo, viniendo “DE-CON” el Padre:
 
 
                        En San Juan 14:26 dice: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñara todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho”.                                                                                                                                                                                                                                                                                                           Luego en el capitulo 15:26 dice: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”. 
 
                        Primero en el verso 14:26 Él dijo que el Padre enviaría al Espíritu; y luego en 15:26 Él dijo que el Hijo mismo enviaría al Espíritu. Entonces surge la pregunta, ¿quién envía el Espíritu, el Padre o el Hijo?                                                                                                                                                                                                                                                                 Respondiendo sin dudas, podemos decir que el Espíritu es enviado por los dos, por el Padre y por el Hijo, porque como ya hemos considerado, el Padre y el Hijo son UNO. El Padre enviando, es el Hijo enviando, y el enviar del Hijo es el enviar del Padre, los dos son UNO.
 
                        El Espíritu Santo, no solo es enviado por el Padre sino también “DE-CON” el Padre. Cuando el Padre envía el Espíritu, El viene con el Espíritu. Por lo cual debemos de comprender que el Espíritu viene del Padre y con el Padre.
 
                        El Hijo está en el Padre y el Padre está en el Hijo, así que cuando el Espíritu viene, el Padre y el Hijo también vienen. La Trinidad completa viene misteriosamente. (San Juan 14:23). 
 
                       
III. El Espíritu, viniendo en el nombre del Hijo:                       
 
                        El Hijo vino en el nombre del Padre (San Juan 5:43) porque el Hijo y el Padre son UNO (San Juan 10:30).
 
                        Ahora, el Espíritu viene en el nombre del Hijo porque el Espíritu y el Hijo también son uno (II Corintios 3:17). Este es el Dios Trino (el Padre, el Hijo, y el Espíritu) alcanzándonos como el Espíritu.
 
                        En resumen, el Padre envía el Espíritu consigo mismo. Como el Espíritu viene con el Padre, el Padre viene junto con el Espíritu. El Espíritu también viene en el nombre del Hijo y como el Hijo. Cuando el Espíritu viene, es el Hijo el que viene. Así que, cuando el Espíritu viene, los tres están presentes. Volvemos a decir, que esto es un misterio pero ¡es muy maravilloso!.

LA TRINIDAD, EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
 
 
Lecturas Bíblicas: Génesis 1:1; Génesis 1:26; Génesis 3:22; Génesis 11:7;
Exodo 25:31-40; Colosenses 2:9 y Apocalipsis 4:5
 
 
 
B O S Q U E J O:
 
I.              El Dios Trino en el Antiguo Testamento.
II.            El Dios Trino, en Su relación con el hombre.
III.           El Candelero de Oro, tipificando la Trinidad de Dios.
 
 
I N T R O D U C C I O N:
 
                        Con lo que hemos visto en los temas anteriores, se ha cubierto la verdad básica concerniente al Dios Triuno.
 
                        Y ahora en la continuación del tema, queremos ver como la Biblia nos describe al Dios Triuno. Debemos de reconocer que ciertamente no podemos cubrir todas las cosas en están en la Biblia; pero, mencionaremos algunos puntos esenciales los cuales nos ayudarán a visualizar la realidad de la Trinidad de Dios y al quedar constituidos en nuestro espíritu, nos hará firmes en nuestra fe y conoceremos como poder presentar nuestra defensa ante los contrarios, que son los Unitarios, Apostólicos, solo Jesús (Luz del mundo), la secta llamada Testigos de Jehová, y otros por el estilo.
 
 
I. EL DIOS TRIUNO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:
 
                        No pensemos, que no podemos ver al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento. Como un hecho real, en el Antiguo Testamento el Dios Tri-uno, está misteriosamente escondido y representado en símbolos.
 
                        Ahora bien, lo que es difícil explicar con palabras, es más práctico y fácil de describirlo con un cuadro o ilustración. Esto es una verdad contundente, con respecto a la Santísima Trinidad y que con la ayuda del Nuevo Testamento para explicar los tipos del Antiguo Testamento, veremos cuán excelente y maravilloso es nuestro Dios.
 
                        La primera oración en el Antiguo Testamento, declara así: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. (Génesis 1:1).
 
                        En el lenguaje Hebreo, el sujeto ELOHIM (Dios), es triple en número. Hasta tiempos más recientes, los teólogos han creído que la forma plural de ELOHIM con sus combinaciones variantes, con sus pronombres ya en singular o plural, adjetivos, y verbos, indican la Trinidad del Ser Divino en una esencia.
 
                        Para referirse al Dios verdadero, la palabra ELOHIM, es el apelativo más frecuente en el Antiguo Testamento. Y como podemos ver, la Biblia se inicia con la aserción que ELOHIM es el creador.
 
                        En Génesis 1:1, el verbo “crear” es singular, mientras que ELOHIM (Dios) es plural. Entonces entendemos que desde el primer versículo de la Santa Biblia, nosotros podemos ver que Dios es Tri-uno o Trino.
 
 
II. EL DIOS TRINO, EN SU RELACION CON EL HOMBRE:
 
 
                        En el Antiguo Testamento, con frecuencia vemos que el único Dios, se refiere a Sí mismo como “NOS”, en Génesis 1:26 dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y...........”, esto claramente manifiesta que Dios es plural.
                                                                                                                                                                                                                                                                                     En el versículo 26, la palabra Hebrea usada para la “IMAGEN” de Dios es singular. Aunque Dios es “NOS” plural, cuando se refiere a la “IMAGEN” de “NOS” (Dios) lo hace en forma singular. Por tanto, esto también significa que Dios es sin lugar a dudas TRES-UNO.
 
                        Leyendo en Génesis 3:22 dice: “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora..........”, observamos con esto, que después de la caída del hombre, Dios usa otra vez el pronombre plural para Sí mismo. Dios dijo, el hombre ha venido a ser COMO UNO DE NOSOTROS.
 
                        Nuevamente, al leer Génesis 11:6,7 dice: “Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, DESCENDAMOS, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero”.    
 
                        Podemos ver claramente, que cuando Dios usa el pronombre plural para hablar de Sí mismo, es siempre en Su relación con el hombre. Cuando Dios creó al hombre, Él usó el nombre plural para referirse a Sí mismo.
 
                        Cuando Dios tuvo cuidado del hombre en su caída de Génesis capitulo 3, El de nuevo usó el pronombre plural. Y cuando vino para tratar con la rebelión del hombre en Babel, uso también el pronombre plural. Esto significa que como Trinidad divina Dios trata con el hombre.
 
                        En el relato de Génesis capitulo 1, cuando Dios estaba creando todas las demás cosas, El nunca usó el pronombre plural para Sí mismo, aunque la palabra “DIOS” es triple en número. Vemos pues, que para todas las otras criaturas, Dios es uno, pero en Su relación con el hombre, Él es Trino.
 
 
 
III. EL CANDELERO DE ORO, TIPIFICANDO LA TRINIDAD DE DIOS:
 
                        En Exodo 25:31-40, se describe el candelero de oro que estaba en el Tabernáculo. Este candelero de oro es una representación maravillosa del Dios Triuno.
                        No consideremos este tipo bíblico, en una forma superficial; ya que no es tan solamente un objeto que sostiene las lámparas que daban luz en lo obscuro. En el candelero, nosotros vemos tres cosas importantes: 1) el oro, 2) el candelero y 3) las lámparas.
 
                        Primero: El candelero fue hecho de un talento de oro (más o menoscomo 37 kilos ú 82 libras de peso); fue hecho a martillo y de una sola pieza. En la parte de arriba tenia siete lámparas.
 
                        La substancia o esencia del candelero, era oro. En la Biblia el oro representa la naturaleza de Dios, pues el oro no se oxida o cambia químicamente, no importa donde se ponga el oro. La naturaleza de Dios es constante, inmutable; por lo cual vemos que el oro representa a Dios el Padre como la esencia y la fuente.
 
                        Segundo: El candelero, no era una cantidad de oro sin forma. El oro fue moldeado en la forma de un candelero como Dios dijo. Esto muestra que el candelero era la corporificación de algo formado. Esto nos enseña la forma de Dios en el Hijo, toda la plenitud de la Deidad habita en el segundo de la Trinidad, corporalmente Jesucristo es la forma de Dios. Lo corpóreo de la Deidad (Colosenses 2:9).
 
                        Tercero: La expresión del candelero, el candelero fue hecho para brillar (alumbrar en la obscuridad), por lo cual vemos que el brillar es la expresión. Las siete lámparas son la expresión del candelero. En Apocalipsis 4:5 leemos “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”. 
 
                        El candelero simboliza al Dios Trino expresado. La substancia es el Padre, su forma y moldura (lo corpóreo) es el Hijo y Su expresión es el Espíritu.                                 
                        Que ilustración más maravillosa vemos de la Trinidad de Dios, el oro, la forma y el brillar. Este candelero (la Trinidad de Dios) es visto a través de la Biblia, y aparece finalmente en el último libro de Santa Palabra, en Apocalipsis. 

LA TRINIDAD, EN EL NUEVO TESTAMENTO
 
Lecturas Bíblicas:
I San Pedro 1:5; Apocalipsis 1:8,17; San Juan 1:2, Romanos 15:19;
Hebreos 9:14; I Corintios 2:11; San Mateo 18:20; Hechos 3:14;
San Juan 7:28; I de San Juan 5:6.
 
 
B O S Q U E J O:
 
I.              La Trinidad, y los Atributos de Dios.
II.            La Trinidad, y las obras de Dios.
III.           La Trinidad, y la adoración a Dios.
 
 
I N T R O D U C C I O N:
 
                        En el Nuevo Testamento, el campo de testimonio e investigación relativo a la doctrina de la Trinidad, es extensamente grande.
 
                        La mención de un nombre de la Deidad o de Su pronombre correspondiente, es simultáneamente la declaración de una distinción trinitaria.
 
                        En todo el Nuevo Testamento, el modo Trino de existencia de la Deidad, está presente en todas partes y se da por sentado. Es así completamente la esfera de todas las relaciones que requieren análisis.
 
                        A lo menos, algunos de los aspectos más gloriosos de esta verdad, pueden ser considerados separadamente con mucho provecho, para llegar a entender claramente el modo Tri-Uno de Dios, a quien adoramos y servimos.
 
 
I. La Trinidad, y los Atributos de Dios:
 
                        La pregunta ¿Puede Dios ser definido por el hombre? Ha sido contestada en forma negativa por algunos, debido al reconocimiento que ninguna definición podría agotar completamente la idea en cuestión.
 
                        Sin embargo, una definición de algo no requiere un conocimiento de todas sus partes. Se diría lo suficiente si se mencionase un número adecuado de los elementos que lo distinguen de otras cosas; y según este concepto de lo que es una definición, Dios puede ser definido.
 
                        Aunque completamente inadecuado, el concepto que el hombre tiene de Dios, se mide por medio de esas características que el ser humano le atribuye.   Esas cualidades que son atribuidas a la Deidad, reciben propiamente el nombre de ATRIBUTOS.
                        Un atributo, es una propiedad que es intrínseca (íntima y que forma parte de su esencia) al que posee dicho atributo.
 
                        Los Atributos de Dios, presentan un tema tan vasto y complejo, que queda muy alejado del alcance de las facultades finitas. Y cualquier esfuerzo por clasificarlos, solamente puede ser aproximado en cuanto a corrección y cabalidad. El propósito de este estudio, es presentar los Atributos de la Deidad, tratando solamente de distinguir entre aquellas verdades reveladas acerca de Dios y que constituyen Su Ser esencial.
 
                        LOS ATRIBUTOS DE DIOS:
 
1.    Omnisciencia.
2.    Santidad.
3.    Justicia.
4.    Amor.
5.    Bondad.
6.    Verdad.
7.    Omnipotencia.
8.    Eternidad.
9.    Omnipresencia.
                                     
 
                        Es un hecho contundente y desafiante, que los Atributos de la Deidad, se le atribuyen a cada una de las tres “Personas” de la Trinidad.
 
                        La misma cualidad puede establecerse concerniente a cada aspecto del carácter de Dios. Lo que es cierto de una Persona lo es de las otras dos, y esto es evidencia conclusiva de la que Deidad es una Trinidad de Personas infinitas, y no obstante UN DIOS.
 
                        No hay insinuación de que una Persona de la Deidad asuma estos atributos por las otras dos Personas, o que los atributos son tenidos en sociedad. Todos son adjudicados a uno como si no existiesen los otros.
 
                        Así la relación particular de Uno en Tres y de Tres en Uno, es sostenida aparte de aquellas participaciones interdependientes usuales que caracterizan todas las combinaciones humanas y mutuas manifestaciones.
 
                        El hecho de que cada Persona posee todas las características Divinas y tan completamente que pareciera que ninguna otra necesita poseerlas, habla de las distinciones entre las Personas como tales. Por otro lado, el hecho que todas ellas manifiestan estas características idénticamente en las mismas formas y en la misma medida, habla de la Unidad de donde emana su modo de existencia.
 
 
 
 
II. La Trinidad, y las obras de Dios: 
 
                        Cada obra distintiva de Dios, no sólo se dice que fue efectuada por una Persona de la Deidad, sino que las obras mayores de Dios son adjudicadas a cada una de las Tres Personas.
 
                        No hay ningún ejemplo en que se diga que estas Personas se combinaron en lo que hicieron; más bien es que la misma cosa en una Escritura se atribuye a una Persona, que en otra Escritura se atribuye a otra, y así hasta que a cada una de las Tres Personas le es acreditada la misma obra y, en cada caso, es como si ninguna de las otras Personas estuviesen jamás relacionadas a ella. No se reconoce ningún compañerismo aparente.
 
                        El hecho de anunciarse de cada Una, como ejecutando enteramente una empresa dada, completamente aparte de las Otras, es indicación de la verdad que las Tres Personas mantienen una distinción la Una de la Otra. 
 
                        Por otra parte, el hecho de que cada Una hace completa y perfectamente la tarea encomendada y en una forma que implicaría que ninguna otra necesita ejecutarla, indica una misteriosa Unidad, mucho más concentrada que no se conoce en ninguna experiencia humana.
 
                        Estudiaremos específicamente, algunas de las principales obras de Dios, de las que se declara haber sido totalmente ejecutadas por cada Persona de la Trinidad e independientemente de las otras.
 
 
1. La creación del Universo: 
 
                        La obra estupenda de producir la existencia de un universo inconmensurable, se afirma que fue efectuada por cada Persona enteramente aparte de participación, compañerismo o cooperación.
 
SE AFIRMA DE LA TRINIDAD: así:
 
ü Del Padre, se dice: “Desde el principio tú fundaste la tierra: y los cielos son obra de tus manos” (Salmos 102:25);
ü De Cristo, el Hijo, se dice: “Porque por Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos, y las que hay en la tierra, visibles e invisibles” (Colosenses 1:16) y,
ü Del Espíritu Santo, se dice: “Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis 1:2), y “Su Espíritu adornó los cielos” (Job 26:25).
 
                        Todo esto está combinado en la sublime declaración de “En el principio creó Dios (ELOHIM) los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). El acto de la creación, separado, aunque completo por parte de cada Persona, es reunido en la afirmación de que ELOHIM, -nombre que anuncia el misterio de la Pluralidad en Unidad y la Unidad en Pluralidad- efectuó tal obra.   
2. La creación del hombre:
 
                        El hombre, es el acto creativo más grandioso de Dios, ya que de ningún otro se ha dicho que fue creado a Su imagen y semejanza. Este acto creativo de Dios, es también la obra de las Personas separadas de la Trinidad:
 
ü Del Padre, se dice: “Entonces Jehová Dios, formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. (Génesis 2:7).
ü De Cristo, el Hijo se dice: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. (San Juan 1:3).
ü Del Espíritu Santo, se dice: “El Espíritu de Dios me hizo, y el sopló del Omnipotente me dio vida” (Job 32:16).
 
 
3. La muerte de Jesucristo:
 
                        Para efectuar la Redención Divina, Dios se encarno y tenía que morir por nosotros los pecadores. Cuando El, pendía de la cruz; vemos nuevamente la Trinidad en su obrar, así:
 
ü Del Padre, se dice: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32).
ü De Cristo, el Hijo dice: “Nadie me la quita (Su vida) sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar” (San Juan 10:18).
ü Del Espíritu Santo, se dice: “Cristo........por el Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios” (Hebreos 9:14).
 
 
4. La resurrección de Jesucristo:
 
                        Nuevamente en la obra de resurrección de Jesús, contemplamos las acciones de cada una de las Tres Personas de la Santísima Trinidad, así:
 
ü Del Padre, se dice: “al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella”. (Hechos 2:24).
ü De Cristo, el Hijo dice: “.......tengo poder para volverla a tomar” (San Juan 10:18) y también “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. (San Juan 11:25).
ü Del Espíritu Santo, se dice: Y sí el Espíritu de aquel que levanto de los muertos a Jesús...........”. (Romanos 8:11).
 
 
 
 
 
5. La Presencia y Residencia de la Trinidad:
 
                        Dios en su pluralidad, ELOHIM; hace morada en cada uno de sus hijos que le aman, y que La ha redimido con su sangre preciosa, con respecto a este acto, se puede ver a los Tres morando al mismo tiempo en el cristiano:
 
ü Del Padre, se dice: “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (Efesios 4:6).
ü De Cristo, el Hijo dice: “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27).
ü Del Espíritu Santo, se dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros?”. (I Corintios 6:19).
 
 
6. La Seguridad de la Salvación del creyente:
 
                        Con respecto a la garantía y seguridad de la Salvación, la cual Dios concede por la fe y gratuitamente al pecador que redime, vemos a la Trinidad en dicha obra Divina, así:
 
ü Del Padre, dice: “Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”. (San Juan 10:29).
ü De Cristo, el Hijo dice: “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. (San Juan 10:28).
ü Del Espíritu Santo, dice: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”. (Efesios 1:13,14).
 
 
                        Ciertamente, maravillosas son las obras de ELOHIM, el Dios Trino. Y de significado sobresaliente es el hecho que estas obras son en cada caso, totalmente efectuadas por cada una de las Personas de la Trinidad. 
 
                        Así se demuestra la Unidad y Pluralidad existente en la Deidad, en un plano de relación por encima y más allá de la experiencia humana.
 
 
III. La Trinidad, y la Adoración a Dios:
 
                        Todas las criaturas inteligentes, están destinadas a rendir Adoración a Dios (ELOHIM). Y su Adoración, como ha de ser, comprende al Dios Trino.
 
ü Por los Angeles: Como se ha observado, los ángeles rinden honor a las tres Personas Divinas, cuando dicen: “Santo, santo, santo, Jehová de los Ejércitos” (Isaías 6:3); y “los seres vivientes” dice: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir” (Apocalipsis 4:8).
ü Por los santos: Toda oración y adoración ahora se dirige, por instrucción divina, al Padre, en el nombre del Hijo, y en el poder capacitador del Espíritu Santo. “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (San Juan 16:23) y “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, .......” (Efesios 6:18).
ü Las Bendiciones Bíblicas: En Números 6:24-26, está registrada la bendición que el sumo sacerdote habría de implorar sobre el pueblo, como: “Jehová te bendiga y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”. En II Corintios 13:14, la bendición más usada por la Iglesia, se registra así: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”. 

C   O   N   C   L   U   S   I   O   N
 
 
                   La Trinidad de Dios, nos cuesta algunas luchas de pensamiento, y por no poder encontrar como asirla nos quedamos con perplejidad y perturbación, como sucede con todos los grandes temas Bíblicos.
 
                   Desde este punto de vista, no podemos sino esperar que lo que hemos podido decir en este comentario sobre la Trinidad de Dios, pueda tener cierto valor para la preparación de los santos, a fin de constituirse del conocimiento de ello; y poder saber presentar este misterioso tema, de nuestro Gran Dios, que es Uno y Tres.
 
                   Es mi deseo para todo lector de este folleto, que en él encuentre el significado práctico de este hecho Divino, que los cristianos en todos los tiempos lo llamamos “LA TRINIDAD DE DIOS”.
 
                   Doy aquí, honra a tantos Amigos de Dios, hombres santos, y siervos del Dios Altísimo, que en las edades pasadas libraron luchas más grandes que nosotros y lograron mayor madurez en este asunto. Y ellos mismos se inclinaron en adoración ante este SANTO MISTERIO.
 
                   Por todo lo cual: Gloria demos al Padre, al Hijo y al Santo Espíritu; como eran al principio, son hoy y habrán de ser, eternamente. Amén.
 
                                                        EL AUTOR.
 
 
Hno. Carlos E. Cruz Porras
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